El Touareg 4.0 TDI de Volkswagen pasa con nota el examen de Emission Analytics
Volkswagen ha sometido a la versión diésel más potente de la actual gama Touareg a un profundo test de emisiones en condiciones reales, del que se desprende que la última evolución de su mecánica tiene unas emisiones de óxido de nitrógeno muy por debajo del límite exigido por la normativa Euro 6.
Ya quedó atrás la llamada crisis del “dieselgate”. Los ingenieros de la marca se han afanado en conseguir que los nuevos motores, ya sean diésel o gasolina, sean lo más eficientes posible, y que además cumplan con las cada vez más duras normativas sobre emisiones contaminantes que dicta la Unión Europea.
Prueba de ello es que han contactado con el organismo independiente Emission Analytics para someter al Touareg 4.0 TDI 4Motion a la prueba Real Driving Emissions, la cual viene a ser un test de emisiones en condiciones de conducción real, que se complementan con las de homologación en laboratorio, conocidas como WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure).
Así, el Touareg, que recordemos es el SUV grande de Volkswagen, con sus casi 4 metros de longitud y 2,3 toneladas de peso, realizó una ruta de alrededor de 2 horas por diferentes áreas alemanas que mezclaban en partes iguales el tránsito por ciudad, carretera y autopista. Los valores registrados fueron extraordinarios, ya que las emisiones de NOx registradas fueron inferiores a los 20 mg/km, y el límite dispuesto por la legislación europea establece el máximo en 80 mg/km.
Esta versión del Touareg está equipada con el motor TDI de 8 cilindros y 4 litros de cubicaje, el cual desarrolla 421 caballos y es uno de los más potentes del mercado. Además del trabajo de optimización interna del motor, con un turbo de doble etapa que consigue tener siempre disponible la fuerza necesaria, los técnicos de Volkswagen han diseñado un efectivo sistema de tratamiento de gases de escape. Este se basa en una unidad de almacenamiento del óxido de nitrógeno revestido de un material de alta calidad y un catalizador que lo convierte en vapor mediante una disolución de urea (compuesto químico de la orina) y agua destilada, comercialmente conocido como AdBlue y que ya llevan otros muchos vehículos diésel. Además de ello, también cumple su función el filtro de partículas, con lo que el proceso no puede se más completo.