Los niños son, tanto como los adultos, un mundo. Los hay más callados, más nerviosos, más pacientes y más activos. Es por eso que viajar con ellos en el vehículo personal puede convertirse en toda una odisea si no se tienen en cuenta algunos factores durante el trayecto.
Lo más importante para llevar a los pequeños del a casa en el coche es, sin lugar a duda, la silla homologada infantil. Es obligatorio utilizar este tipo de sistemas de retención para que los menores vayan correctamente sujetos y se reduzcan las posibilidad de sufrir heridas graves en caso de accidente de tráfico.
Hay que recordar que para comprar la silla adecuada se tienen que tener en cuenta la altura y el peso del niño así como la edad. Lo recomendable es apostar siempre por modelos homologados y modernos.
Una vez que se dispone de lo necesario para que todo el mundo en el vehículo viaje seguro, estos son algunos trucos que pueden aplicar para que los niños aguanten el trayecto tranquilos, sobre todo si este es largo.
La mejor hora para emprender viajes largos es la primera de la mañana. Así se evitan las horas pico de calor (a partir de las 11 hasta bien entrada la tarde). Y, además, porque los niños harán el tramo inicial del viaje dormidos y cuando despierten estarán mucho más animados al darse cuenta de que falta poco para llegar.
Otra opción, si no eres mucho de madrugar, es viajar de noche ya que los pequeños dormirán casi todo el camino. Debes vigilar muy bien cuando te notes con sueño. Bebe agua o bebidas refrescantes y detén el vehículo ante cualquier señal de cansancio.
Cualquier viaje largo es mucho más llevadero si se hacen paradas de vez en cuando y en función de la duración del viaje, estas pueden hacerse cada hora y media o dos horas. Parar permite estirar las piernas, ir al baño o preparar una pequeña comida que alegre el estómago.
También puede servir como premio: si los niños se portan bien, se les puede comprar alguna golosina en una estación de servicio. Lo ideal es aprovechar este tiempo para pasar un rato juntos y para despejarse.
Agua, bocadillos, juguetes, pañuelos… Los niños, en especial los más pequeños, pueden ser muy imprevisibles e incluso caprichosos, por lo que mejor tener todo a mano y no andar rebuscando después.
Para los más pequeños no es habitual estar tantas horas sentados en un coche, por lo que pueden perder rápido la paciencia. Tratar de poner su música favorita o de entretenerles es también una buena opción de distracción.
Un viaje agradable puede verse fácilmente fastidiado por equivocarse de salida, meterse en un atasco o directamente perderse. Siempre puede haber imprevistos, pero una buena planificación de la ruta nos puede ayudar a tener un viaje más apacible y sereno, además de evitar alargarlo y hacer que los pequeños sufran las horas de más.