Ojo con los radares móviles en esta Operación Salida: ¿cuándo se activan, cómo funcionan y dónde están?
Ante el verano tan atípico que se presenta este 2020, la Dirección General de Tráfico no ha querido dejar de poner en funcionamiento sus dispositivos para la más que conocida Operación Salida. Una de las infracciones más perseguidas, sin lugar a dudas, es el exceso de velocidad.
Y para ello, la DGT dispone de un amplio abanico de radares y detectores para controlar minuciosamente la velocidad a la circulamos por las carreteras o las autovías. Y es que este tipo de falta (que se puede convertir en delito) incide directamente sobre la seguridad vial y sobre la gravedad de los posibles accidentes que se puedan sufrir.
Dentro de todo el elenco de radares, existen los llamados móviles. Como todos los cinemómetros, funcionan gracias al efecto Doppler. Este efecto es un fenómeno físico relacionado con las ondas y la frecuencia que emiten los vehículos al desplazarse.
Los radares móviles son los que la policía de tráfico monta de forma temporal en algún punto a lo largo de las carreteras. También se consideran radares móviles los helicópteros de tráfico, como el famoso Pegasus.
Lo primero de todo: para conocer su ubicación es tan fácil como entrar en la web de la DGT o descargarse la aplicación de Tráfico. Desde hace unos cinco años, la Dirección tiene la obligación legal de informar sobre la localización de los cinemómetros, tanto fijos como móviles.
Los radares móviles son mucho más sensibles y precisos que los fijos, por lo que será mucho más complicado recurrir una multa que nos llegue con una foto de este tipo de dispositivos. Al pasar por su lado se puede exceder la velocidad máxima hasta en un 7% sin que nos ‘echen la foto’.
Hasta hace poco estos radares (como la mayoría de dispositivos) funcionaban con ondas de luz o electromagnéticas que podían ser inhibidas (aunque es delito hacerlo). Sin embargo, en los radares móviles la DGT ha comenzado a apostar por el láser.
Los veloláser son cinemómetros compactos del tamaño de una cámara de fotos que pueden montarse sobre un trípode en cualquier lugar en solo un minuto. Estos radares también pueden colocarse en los guardarraíles o en los laterales de un vehículo y no precisan que un agente permanezca junto a ellos, ya que tienen control remoto desde varios metros de distancia.