Los neumáticos de invierno son la mejor precaución ante el riesgo de nevada
La bajada de las temperaturas y la llegada de la nieve durante el pasado puente de diciembre ha acabado por confirmar el inicio del invierno, así que ya toca empezar a preparar los coches para que las precipitaciones propias de esta época del año no nos sorprendan en carretera.
Una buena manera de ser conductores responsables y previsores es cambiar los neumáticos convencionales del coche por unos de invierno. Aunque en España no existe la obligación de circular con este tipo de ruedas, ante la presencia de nieve es posible que las autoridades no permitan continuar la marcha sin cadenas o sin las gomas adecuadas.
Esta es una de las razones más de peso para montar neumáticos de invierno y así, ante cualquier posible imprevisto o nevada inesperada, estar preparados. Pero este no es el único beneficio que aportan las ruedas de invierno.
Como explican desde Goodyear, los neumáticos de verano (que son los más habituales) empeoran su agarre frente a las temperaturas más bajas, mientras que los invernales están pensados para aguantar temperaturas por debajo de 7 grados.
También cabe destacar que su marcaje está especialmente diseñado para poder circular con nieve en la carretera sin la necesidad de contar con cadenas, por lo que además de seguridad en conducción estas gomas evitar el engorroso proceso de montar estos dispositivos para nieve.
Además de para la nieve, los neumáticos de invierno también son perfectos para mantener la adherencia en la carretera frente a otros fenómenos atmosféricos como la lluvia abundante gracias a su dibujo. Son igual de efectivos frente a las placas de hielo o las trazadas más resbaladizas por la humedad y el frío.