¿Qué diferencias hay entre los diferentes tipos de gasolina? Recomendaciones
Los vehículos que utilizan combustible fósil siguen siendo la mayoría de unidades vendidas y matriculadas a final de año. Es muy importante conocer las diferencias entre los diferentes carburantes, como la gasolina y el diésel, y saber cuál de ellos necesita nuestro vehículos ya que las consecuencias de un error al repostar pueden ser nefastas y caras.
Sin embargo, también hay diferencias entre variantes de un mismo tipo de combustible, como la gasolina. ¿Cuántos tipos diferentes de gasolina hay y cuál debo usar? Al parar a repostar se suele coger siempre el mismo surtidor ya que se sabe que es el que funciona y somos animales de costumbres que quieren ir a lo seguro pero ¿estamos haciendo bien?
Los diferentes tipos de gasolina que existen se distinguen por su octanaje. En Repsol explican que el octanaje es la medida que indica la resistencia a la detonación del carburante cuando se comprime dentro del cilindro de un motor. A mayor octanaje, más capacidad de compresión y mejor rendimiento del motor.
Además de esta diferencia, antiguamente las gasolinas también se distinguían si llevaban o no plomo, pero desde el año 2001 está prohibido en España que los combustibles lleven aditivos de este tipo por su alto grado de contaminación.
Siguiendo estas diferencias, los dos tipos de gasolina más comunes son la de 95 y la de 98 octanos:
Aunque en la mayoría de estaciones de servicio siguen utilizando esta nomenclatura, hace dos años que la gasolina 95 pasó a llamarse E5 y la 98, E10. Dentro este cambio hay que incluir también un carburante con mayor presencia de etanol, el E85. Estos nuevos nombres se refieren al porcentaje de etanol que lleva la gasolina: 5, 10 y 85%. La mezcla E85 (o bioetanol) es más respetuosa con el medio ambiente pero solo puede utilizarse en aquellos vehículos que admiten este tipo de combustible llamado flexible.
A la hora de elegir, entonces, gasolina hay que guiarse por dos grandes aspectos: el ahorro y la tipología que admite el coche, siendo este segundo factor el más determinante. Si nuestro coche funciona con, por ejemplo, bioetanol o E85, utilizar este combustible es mucho más beneficioso para el medio ambiente.
En el caso de tener un vehículo convencional que solo trabaje con gasolina, utilizar la 95 será lo más económico para nuestro bolsillo, aunque contaminará un poco más que la 98 y puede ser que notemos algo de pérdida de potencia de motor, pero esta consecuencia no afecta a la mecánica y es casi imperceptible.
Sin embargo, en el caso de tener un deportivo o un automóvil de altas prestaciones, lo más aconsejable es repostar únicamente del surtidor de la gasolina 98 (o E10) ya que, además de la pérdida de potencia, la mecánica del coche puede sufrir.