Audi ya ha adaptado toda su gama a la normativa sobre emisiones Euro 6d
La normativa europea sobre emisiones empezó entrar en vigor allá por 1988, y a partir de ahí ha ido haciéndose más severa y restrictiva, sobre todo en la última década. Desde 2015, los turismos nuevos se rigen por la norma general Euro 6, que establece un límite de emisiones de óxido de nitrógeno de 60 miligramos por kilómetro para los vehículos impulsados por gasolina y 80 mm/km para los que lo hacen con diésel.
Como decimos, las normativas se van endureciendo año a año, y desde el 1 de enero de 2021 está en vigor la Euro 6d-ISC-FCM, en virtud de la cual los vehículos deben cumplir los límites en unos exigentes tests en conducción real (RDE) y también obliga a los fabricantes a tener un sistema de control de consumo de combustible a bordo.
Como cualquier coche que no supere este “examen” no se puede poner a la venta, Audi ha trabajado mucho y ha hecho una gran inversión para que la totalidad de su gama cumpla con la norma y que ninguno de sus modelos interrumpiera su andadura comercial. Así, actualmente tiene 193 versiones homologadas de acuerdo con el nuevo límite que establece la normativa de emisiones, y en estos primeros meses de 2021 les seguirán más.
Entre otras soluciones, la marca de los cuatro aros ha recurrido a la tecnología de doble inyección de aditivo Adblue (depurador de gases) para mantener los límites en los modelos diésel, tanto en el caso de los motores de cuatro cilindros como para los V6, después de haberlo hecho de forma gradual el año pasado en los motores de modelos compactos como los Audi A3, A4, A5 y Q5.
En cuanto a los coches de gasolina, lo prioritario era acabar con las partículas de carbono que principalmente se producen al arrancar en frío, y desde 2018 Audi ha estado equipando a sus modelos con filtros de gran volumen, que reducen las emisiones de partículas hasta en un 90 por ciento.