La mitad de los conductores renuevan su carné con restricciones
Conforme pasa el tiempo, tanto en conductor como el vehículo deben someterse a revisiones de con una periodicidad más frecuente que durante los primeros años tras la obtención del carné o del automóvil. Por ejemplo, los coches nuevos han de superar la ITV: la primera es a partir del cuarto año, luego cada dos y una vez que superan los 10 de antigüedad, de manera anual.
Pues algo similar sucede con los conductores y sus habilidades: para obtener el carné de conducir es necesario superar un examen psicofísico que certifique que el estado del solicitante es el idóneo para ponerse al volante. Desde que se obtiene hasta los 65 años solo es necesario renovarlo cada diez, con el correspondiente reconocimiento, y a partir de esas edad, cada 5 y cada 3 años.
Aunque los exámenes psicotécnicos parecen fáciles de superar y un mero trámite administrativo, en el caso de los conductores profesionales es una prueba más dura por la peligrosidad de su actividad laboral. Sim embargo, desde la DGT destacan que solo a un 0’1% de los conductores que se presentan a renovar el carné se le retira por una mala aptitud física.
Los últimos datos disponible muestran que más de 3 millones de conductores se someten a un reconocimiento psicofísico. En 2028 se presentaron cerca de 3.279.000 millones, de los que el 74% eran renovaciones.
De este total, un 44’5% resulta apto con restricciones. Esto quiere decir que son conductores que pueden conducir pero que necesitan de alguna adaptación o instrumento que les facilite la conducción para que esta sea más segura, dependiendo de alguna enfermedad, discapacidad o condición médica.
De este porcentaje, el mayor número de casos (un 61’3%) está relacionado con problemas de visión. En lo relacionado con los sentidos, solo el 2% recibe este estatus por problemas de audición, por lo que queda claro que la vista es el sentido que más problemas puede acarrear al ponerse al volante.