La falta de una red sólida de puntos de carga lastra el crecimiento de la electromovilidad en España
Poquito a poco la electromovilidad mejora posiciones en Europa, pero España sigue quedando en los últimos puestos del ranking europeo pese al crecimiento de la cuota de ventas de los vehículos eléctricos. Los indicadores globales que miden la penetración de esta movilidad limpia en los diferentes países abarcan desde las ventas de los coches electrificados hasta la instalación de puntos de carga de acceso público.
Según el último Barómetro de electromovilidad publicado por Anfac, referente al año 2020, España cierra sus cifras con una paulatina mejora a lo largo del ejercicio pasado pero no consigue clasificar con un buen resultado general. Tras subir diez puntos en el último trimestre, el indicador del éxito de la electromovilidad en la sociedad española se queda en 18’6 puntos sobre 100, un resultado muy lejano de la media europea, que alcanza los 39’9 puntos.
El crecimiento español de la electromovilidad viene motivado, como explican los resultados de este informe, prácticamente en exclusiva, por la compra de vehículos electrificados y apenas nada por la instalación de puntos de recarga. En los indicadores específicos, los resultados relativos a las estaciones de recarga han alcanzado 5’6 puntos sobre 100 tras crecer un único punto en el último trimestre. Esto deja a España en la penúltima posición del ranking, solo por delante de Hungría, tras la instalación de 8.545 puntos en los últimos meses del año, lo que se considera un crecimiento lento.
El lento desarrollo e instalación de estas infraestructuras deja a España 10 puntos detrás de la media europea, que se coloca en una valoración de 15,3 puntos sobre 100. A excepción de Italia y Reino Unido, el resto de los países han logrado crecer al menos un punto en este aspecto, siendo destacables los casos de Noruega y Países Bajos, que se mantienen como referentes europeos. Más allá de la escasez de puntos de recarga, el Barómetro destaca que la mayoría no superan los 250 kW, por lo que los tiempos que necesitan los conductores para ‘respostar’ se alargan considerablemente.
A pesar del lento desarrollo de las infraestructuras, España se sitúa por delante de Italia, Hungría y República Checa, en lo que se refiere a la penetración de los modelos electrificados en el mercado. El indicador relativo a este aspecto cierra 2020 con un crecimiento de 9,2 puntos y una valoración de 31,6 puntos sobre 100. Anfac atribuye este crecimiento a un esfuerzo comercial de las marcas y el estímulo de la demanda con el Plan Moves, factores que han propiciado un crecimiento de las unidades matriculadas en el último trimestre del año hasta alcanzar las 20.968, cuatro veces más que el año anterior.
Sin embargo, la media europea se sitúa en 64,5 puntos sobre 100 en lo referente a las ventas de coches eléctricos, aumentando 20 puntos más que en el 2019. España mantiene un ritmo de desarrollo similar a los países de la zona baja del ranking, pero está muy lejos de países líderes en la electrificación de sus vehículos como Alemania o Portugal, que han crecido 20 y 15 puntos respectivamente.