El nuevo Polo, el estreno más fresco de Volkswagen este verano
Tras el restyling de su “primo hermano”, el Ibiza, llega la actualización del igualmente exitoso Polo, que como le sucedía al modelo de Seat se estaba quedando ligeramente descolgado en cuanto a tecnología, algo que no solo se corrige con este lanzamiento previsto para verano, sino que se mejora sustancialmente.
También cambia, claro, la estética, aunque no es una revolución total, sobre todo al no tratarse de una nueva generación. Así, el Polo, modelo muy importante para nuestro país al fabricarse en la planta de la marca en Pamplona (también en Uitenhage, Sudáfrica), inicia una nueva etapa para seguir siendo uno de los tres modelos más vendidos de Volkswagen, aunque le ha salido mucha competencia dentro de «casa», sobre todo modelos tipo SUV y el eléctrico ID.3, lo que le puede “robar” alguna venta por su condición de coche para la ciudad.
Por fuera son los nuevos paragolpes y las ópticas traseras, mucho más grandes y estilizadas, los cambios que enseguida saltan a la vista. También la tapa del maletero muestra el nombre del modelo en posición centrada y con mayor tamaño, mientras que delante los faros LED son ahora de serie, con una fina línea luminosa que va de lateral a lateral si se opta por las ópticas matriciales IQ.Light de última tecnología, recurso ya visto, por ejemplo, en el nuevo Golf o los modelos ID.
En el interior la estructura general se mantiene, pero cambia el volante y mejoran los acabados y las soluciones digitales, con la pantalla de 8 (Digital Cockpit) o 10,25 pulgadas (Digital Cockpit Pro) para el cuadro de instrumentos, control de la climatización con botones táctiles y sistema de infoentretenimiento perfeccionado (con pantallas de 6,5, 8 o 9,2 pulgadas) y más conectado mediante una tarjeta eSIM. A esto se añade, siempre según el nivel de equipamiento, la conexión inalámbrica para dispositivos móviles.
Como no estrena plataforma, tampoco varían las dimensiones exteriores ni interiores, de modo que la buena amplitud interior, para ser un modelo de solo 4 metros de longitud, se mantiene, al igual que el maletero de 350 litros de capacidad.
En esta etapa, el Polo deja definitivamente de lado las versiones diésel y se centra en las de gasolina, con la opción de elegir una alimentada también por gas natural. Todos los bloques son de tres cilindros con un litro de cubicaje, y el escalonamiento de potencias es de 80, 95 y 110 caballos, 90 en el caso del TGI.
En cuanto a tecnología, el paso adelante es grande, y dependiendo de los niveles de acabado, que son Polo, Life, Style, R-Line y más adelante el mítico GTI, puede integrar sistemas dignos de segmentos superiores, caso del IQ.Travel Assist, que permite una conducción semiautónoma combinando la efectividad del control de crucero adaptativo y el asistente del salida de carril hasta velocidades de 210 km/h. También puede integrar programador de velocidad activo con función predictiva, frenada de emergencia con detector de peatones, detección de vehículos en punto ciego o sistema de aparcamiento semiautomático.