Así debes adelantar a los ciclistas en la carretera para no ponerles en peligro
Los ciclistas son un colectivo que, sobre todo en carretera aunque también en ciudad, sufre muchos más riesgos y conduce en situaciones de peligro más a menudo que el resto de conductores, en especial los de turismos o furgonetas.
Por eso, es necesario tener en cuenta algunas reglas básicas a la hora de adelantarles en las vías interurbanas que no dispongan de carril específico para bicicletas, ya que se puede provocar un accidente en el que el ciclista salga herido de gravedad.
Hay que entender que estos usuarios no disponen de una carrocería que proteja su cuerpo, pese a que circulen con el casco obligatorio, y que en caso de caída las lesiones pueden llegar a ser graves, ya que el asfalto puede provocarles quemaduras en la piel y contusiones.
La primera regla básica es respetar una distancia de separación lateral de 1’5 metros al adelantar. Es conveniente esperar el momento propicio para hacerlo y así evitar crear una situación de peligro.
Lo segundo es, dentro de lo posible, reducir la velocidad. Los ciclistas no suelen circular a más de 40 kilómetros por hora y, al adelantarlos, el rebufo puede desequilibrarles y hacerles caer.
Hay que ocupar parte o todo el carril contrario para adelantar con seguridad, por eso hay que esperar para hacerlo en las condiciones más seguras. Evitar el uso del claxon es recomendable, ya que los ciclistas pueden sobresaltarse y caerse.
Los ciclistas también deberán cumplir una serie de normas a la hora de circular por vías interurbanas. Lo más esencial es transitar por el carril ciclista si existe y, si no, hacerlo por el arcén de la derecha. En caso de que este no sea transitable, se puede utilizar la calzada, siempre en la parte imprescindible.
Si se circula por el arcén, este se podrá abandonar única y exclusivamente en descensos prolongados con curva, siempre y cuando las condiciones sean seguras y lo permitan.
Y, por último, no podrán circular en pelotón. Solo se permite que transiten en paralelo y bajo unas condiciones concretas: orillados todo lo posible al extremo de la vía y con la obligación de recolocarse en fila de uno en tramos sin visibilidad o con tráfico.