Cada vez queda menos para la llegada de los coches impresos en 3D: estas son las ventajas frente a los tradicionales
La impresión en 3D es un modo de producción por adición, a través del cual se crean elementos físicos por la superposición de capas de material que siguen un patrón digital. En necesario que el hardware, el software y los materiales trabajen de forma conjunta y coordinada. Esta técnica ya lleva año de desarrollo y uno de sus posibles de campos de aplicación es el mundo del automovilismo.
De hecho, esto no es ninguna novedad, ya que la impresión en 3D lleva algunos años colaborando en el desarrollo de prototipos, de extras y equipamiento e incluso de herramientas. Pero, ¿cuáles serían las ventajas de producir coches en 3D?
Obviamente, la primera ventaja es la reducción de costes. Sería mucho más rápido producir las diferentes piezas de los coches mediante esta técnica y luego montarlas. Aunque quizás esto influya en el uso del factor humano en las cadenas de montaje, por lo que habría que estudiar bien su aplicación para que no perjudicara a los trabajadores.
También ayudaría muchísimo al desarrollo de la mecánica y la ingeniería. Por ejemplo, las piezas podrían ser mucho más ligeras y estar fabricadas de otro tipo de materiales más resistentes y duraderos. Además, la producción en línea mediante impresión 3D reduciría las emisiones y la contaminación de la industria del automóvil, como ya lo hace en el caso de la aérea.
Y por último, los compradores tendrían infinitas opciones de personalización a la hora de adquirir sus coches nuevos y no habría problemas, en caso de avería, para encontrar la pieza necesaria y sustituirla.
Cierto es que la impresión en 3D no ha llegado aún con toda su fuerza al sector del automóvil, ya que todavía quedan inconvenientes y desventajas que ponderar. Además, estos cambios tecnológicos necesitan un periodo de adaptación a los procesos industriales actuales.
Pero aun así, ya hay algunos ejemplos en el mundo del motor en los que se ha usado la impresión 3D. El primero es la producción por parte del fabricante Koenigsegg de un coche entero. Esta marca sueca tiene un volumen de producción muy bajo y se dedican a la creación de hipercoches o coches rapidísimos.
Otros dos ejemplos son la pinza de freno hecha con titanio de Bugatti y algunos elementos de BMW, como el techo del descapotable Roadster. Por último, se espera que el próximo Salón del Motor de Ginebra acoja la presentación del nuevo Czinger 21C, un deportivo híbrido fabricado exclusivamente en 3D por Kevin Czinger, de Divergent 3D.