¿Cómo y cuando debes cambiar el líquido de frenos del coche?
Solemos pensar en el motor de un coche y su potencia cuando hablamos de sus características, pero igual de importante es su sistema de frenado. Tal como explica Antonio Manzano, formador técnico del Real Automóvil Club de España, éste está compuesto por elementos como las pastillas, los latiguillos, las pinzas de freno… El responsable de que se desplacen todas estas piezas es el líquido de frenos, que se activa en el momento en el que pisamos el pedal del freno.
Es muy importante que este líquido no tenga burbujas dentro del circuito. El aire se comprime mucho más fácilmente que el líquido, por lo que si tenemos oxígeno en el interior del circuito de frenado, el coche no va a frenar bien. Por este motivo, es fundamental purgar los frenos para que no haya ningún tipo de burbujas de aire en el circuito de frenado.
Para que estén en buenas condiciones, es muy recomendable que el líquido de frenos se cambie periódicamente, ya que puede aparecer condensación, y para un sistema hidráulico de frenos como puede ser un ABS, es muy malo que haya partículas de agua dentro del líquido.
El ABS está compuesto por una serie de válvulas mecánicas en las que, si tienen partículas de agua, puede aparecer el óxido. La consecuencia de esto es que las válvulas tendrán más dificultad para abrir y cerrar correctamente, con el consecuente peligro a la hora de detener el coche en una frenada de emergencia.
Es muy importante cambiar el líquido de frenos aproximadamente cada dos años, según recomiendan los fabricantes, algo que muchos conductores no suelen hacer.
No vale emplear cualquier tipo. Los fabricantes recomiendan que se eche un DOT 4, un dato que indica el punto de ebullición del líquido. Debe aguantar el calentamiento que se produce cuando la pastilla roza contra el disco, y que se transmite al líquido. Si pasase el punto de ebullición, se formarían burbujas y saldría del circuito por el tapón del depósito.
Para ver si el circuito de frenado tiene el nivel correcto de líquido tenemos que levantar el capó y buscar un depósito blanco con un tapón, generalmente de color negro.
Cambiar el líquido de frenos ronda los 40 euros más la mano de obra, aunque todo depende del tamaño del vehículo. Si faltase líquido aparece en el cuadro de instrumentos un testigo de color rojo que nos indica, a través de un sensor, que el nivel está por debajo de lo recomendado. Es el mismo que nos puede dar la pista de que las pastillas están bajas y hay que cambiarlas.