Después de la nieve, llegan las lluvias: claves para conducir seguro
El mal tiempo no va a dar tregua esta semana. Después de la nieve y las heladas, el pronóstico es que la lluvia arrecie en varios puntos de España y sigua comprometiendo la seguridad vial de conductores y usuarios de las vías. Al contrario de lo que ha sucedido esta semana pasada, se prevé que suban las temperaturas, por lo que el hielo dejará de ser un problema, pero al mismo tiempo se esperan hasta 16 litros por metro cuadrado de precipitaciones y rachas de viento de más de 70 kilómetros por hora.
Aunque no se perciban como factores tan peligrosos al ser mucho más comunes, la lluvia y el viento (en especial este último) son fenómenos atmosféricos que alteran el estado de la carretera y ponen en jaque algunas habilidades físicas necesarias para conducir con seguridad, como la vista.
Para conducir con seguridad en ambas situaciones es primordial reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad. Así, el conductor podrá anticiparse a imprevistos y disponer de suficiente espacio para frenar, en el caso de la lluvia, y podrá controlar con más firmeza el volante en el caso del viento.
Hay que asegurarse de que las luces están en perfecto estado, ya que son necesarias con lluvia, y cabe recordar que es muy aconsejable conectar las luces cortas cuando comiencen a caer las primeras gotas. El uso de las luces largas está desaconsejado, ya que pueden afectar a la visión de otros conductores y pueden reflejar en las gotas de agua, empeorando la visibilidad.
Especialmente con viento fuerte, pero también con lluvia, está completamente desaconsejado adelantar, sobre todo vehículos de mercancías o camiones grandes. Si crea el efecto pantalla, al completar el adelantamiento el viento puede golpear nuestro vehículo y desviar la trayectoria, provocando un accidente.