Diez situaciones de riesgo a las que se enfrentan los ciclistas y cómo evitarlas
Pese a que el uso de la bicicleta, tradicional o eléctrica, está en auge y cada vez es más habitual, los usuarios de este medio de transporte están expuestos diariamente a situaciones de riesgo.
La Dirección General de Tráfico ha identificado diez de las situaciones peligrosas más comunes en ciudad, donde las bicicletas ganan terreno gracias a sus ventajas frente a los vehículos a motor (nada de tráfico o atascos, de gastos o de problemas al aparcar).
Es responsabilidad tanto del ciclista como del resto de conductores crear un entorno seguro para todos los usuarios de las vías urbanas. La mayor recomendación para los primeros es que además de asegurarse de ver tienen que hacer por ser vistos y visibles.
El ciclista circula pegado a la acera de la derecha y puede ser golpeado por un vehículo que salga de una calle lateral. Para evitarlo, lo mejor es tratar de colocarse a la izquierda del carril, reducir la velocidad y utilizar el timbre para avisar. Usar luces si es de noche también es recomendable.
Al circular pegados a los coches aparcados, puede ser que el conductor de un vehículo estacionado abra la puerta y golpee al ciclista. Aparte de prestar atención, es conveniente circular por el centro o la izquierda del carril derecho.
El ciclista se detiene a la derecha del vehículo y el conductor no puede verle, por lo que le golpea cuando el semáforo se pone en verde. Lo mejor es pararse delante o detrás del vehículo y evitar los ángulos muertos.
Al adelantar al ciclista y, después, girar a la derecha puede acabar en un atropello. Se recomienda que los ciclistas circulen por el centro del carril para ser más visibles y que nunca adelanten a los vehículos por el lado derecho.
En algunas ocasiones está permitido circular en paralelo con la bici, pero puede suceder que el conductor decida estacionar o entrar a un garaje y atropelle al ciclista. Para ello, debería evitarse circular en paralelo a vehículos a motor y siempre adelantar por la izquierda.
En una vía de doble sentido, puede ser que el vehículo que viene de frente gire hacia su izquierda y corte la trayectoria del ciclista. Para evitar un accidente, hay que reducir la velocidad y evitar circular por la acera irrumpiendo repentinamente en la calzada.
Al tratar de esquivar algún obstáculo, el ciclista puede invadir momentáneamente el carril contrario y ser golpeado por el vehículo que circula a su lado. para evitar estas situaciones habrá que tratar de mirar siempre al lado o hacia atrás y disminuir la velocidad. Lo mejor es circular por vías pacificadas.
Cuando las bicis cruzan por un paso de peatones pueden ponerse en riesgo. Lo más seguro (ya que, además, no tienen prioridad sobre un cruce) es bajarse del ciclo y cruzar andando.
Hay veces que las bicicletas circulan en sentido contrario, aunque sean pocos metros. Lo más recomendable es seguir las normas de circulación y respetar los sentidos de las vías.
Por exceso de velocidad o por despistes, en una calzada un coche puede atropellar a un ciclista que circule por delante de él. Las calles secundarias o anchas con tráfico lento (por las que también se pueda circular en paralelo sin peligro) son las más seguras para evitar estas situaciones.