Estas son las consecuencias que sufre el coche por una carretera en mal estado
Los accidentes de tráfico pueden estar provocados por numerosas causas y son varios los factores que intervienen en la seguridad vial. Desde el estado del conductor hasta el del asfalto, cualquier anomalía puede suponer un peligro para los vehículos que circulan diariamente por las vías españolas.
En la red de carreteras del Estado hay algunos puntos en los que el mantenimiento del firme deja mucho que desear. También se pueden encontrar, a lo largo de varios kilómetros, tramos peligrosos o los conocidos puntos negros, donde la siniestralidad es más alta que la media.
Además de provocar accidentes, las alteraciones del asfalto pueden ser la causa de averías o roturas en la mecánica del coche. Habitualmente, las ruedas son las que más sufren por una carretera mal conservada, al estar en contacto directo con ella.
Tanto los agujeros en la calzada como los bultos causados, por ejemplo, por raíces de árboles, son peligrosos sobre todo en vías en las que se circula a gran velocidad.
Los daños que provocan en la mecánica del coche afectan a la suspensión pero también pueden ser la causa de un reventón en los neumáticos. Las llantas también sufren este tipo de irregularidades.
Si se circula a gran velocidad y aparece un bache en medio de la trayectoria se puede producir hasta una rotura de lunas debido al golpe y la vibración. Otros aspectos estéticos, como los bajos del automóvil, también sufrirán las consecuencias de estas irregularidades del terreno.
Puede ser que no haya baches de un tamaño importante, pero si el asfalto presenta un estado de conservación deficiente y grietas, el consumo del vehículo se disparará.
También aumentará la vibración, provocando que la conducción sea molesta e incómoda. Esta vibración puede causar daños, igualmente, en la dirección, la transmisión y la suspensión del vehículo, sobre todo si es habitual conducir por este tipo de vías en mal estado.