Estas son las funciones que deberás desempeñar para ser el copiloto perfecto
Los viajes en coche pueden convertirse en un momento de diversión en el que la compañía es el elemento más importante, aunque obviamente siempre debe imperar la seguridad al volante y el conductor siempre debe estar atento a la carretera.
Durante el trayecto, el papel del copiloto es fundamental para cumplir estas objetivos: amenizar y controlar que el viaje sea seguro. Para ello, tendrá que desempeñar una serie de funciones que van desde la selección de la música hasta resistir las ganas de echar una ‘cabezadita’.
El copiloto ser convierte, desde que se sienta en el coche, en el guía del piloto. Debe conocer el camino, manejar el GPS y dar indicaciones cuando sean necesarias, siempre de manera clara y precisa.
Además, para que el camino no se haga tan largo, está bien que se encargue de poner la música. Hacer una buena selección o playlist y sintonizar la radio o conectar el bluetooth también están entre sus funciones.
Una charla banal y ligera, que no llegue a ser una distracción, mantiene al piloto alerta y despierto durante la conducción. Por eso, el copiloto debe ser una compañía agradable que aleje la fatiga del conductor.
Esta compañía debe transmitir, además, confianza. Cuando el destine es nuevo o hay posibilidades de perderse, es mejor que el copiloto use un tono tranquilo y moderado y que no utilice expresiones de reproche.
La persona que está al volante ya se examinó una vez del carnet de conducir, no hace falta que el copiloto esté constantemente dando indicaciones y clases. Además, esta actitud puede poner nervioso al piloto.
Si, por otro lado, el conductor tiene ciertas manías (ventanillas, música, etc.), el copiloto deberá aceptarlas y respetarlas, ya que es primordial que la persona que conduzca esté cómoda.
Dormirse siendo el copiloto es una falta grave. Hay que estar despierto para el conductor y no dejarle solo durante la conducción. Además, en caso de que el piloto empiece a notar el cansancio, el acompañante deberá estar disponible para ponerse a los mandos del volante.