Estos son los defectos más graves y habituales de un vehículo en la ITV
La Inspección Técnica del Vehículo es una de las tareas inevitables que acompañan al hecho de tener un automóvil y que más quebraderos de cabeza puede provocar. ¿La pasaré? ¿Los inspectores encontrarán fallos? ¿Suspenderé? No conseguir un resultado favorable en la ITV impide circular con ese vehículo hasta que no se subsanen los errores bajo amenaza de sanción.
Los errores que los técnicos pueden detectar en las revisiones están clasificados como leves o graves. Habitualmente, con tener un solo fallo mecánico grave el resultado de la ITV será automáticamente desfavorable. En este supuesto, habrá que subsanar la avería cuanto antes y volver a solicitar cita para la inspección.
Si el coche es muy antiguo o está mal conservado y presenta varios fallos graves, el resultado de la ITV puede ser, entonces, negativo. En este caso, el coche solo puede ser remolcado por una grúa y circular con él estaría sancionado con 500 euros de multa, al considerarse un vehículo muy peligroso para la seguridad vial.
Los fallos más graves y que con más frecuencia suelen ser motivo para que las ITV no sean favorables son los problemas con las luces y la señalización. Este elemento del vehículo se considera especialmente importante para la seguridad vial ya que indica las intenciones del conductor y sus futuras maniobras.
Los problemas en el motor o de emisiones también son bastante habituales, seguidos de los frenos. En este caso, lo más habitual es encontrar uno de los discos dañados, pérdida del líquido de frenos, falta de efectividad en la frenada…
Y, por último, se encuentra la carrocería. Este fallo se considera grave en algunas ocasiones pero bien es cierto que no es un error recurrente en las revisiones. Se considera que puede afectar a la seguridad cuando la carrocería exterior presenta roturas, aristas cortantes o incluso bisagras en mal estado que provoquen un mal funcionamiento de las puertas o el maletero.