Ford sigue la corriente con el Kuga
La tercera generación del Ford Kuga, que ya está a la venta e irá completando la gama de aquí a finales de verano, cuenta con una nueva imagen y una extensa oferta de motores que tienen en la electrificación e hibridación su principal piedra angular.
El SUV (Sport Utility Vehicle) compacto de Ford es muy importante en el portfolio de la marca, no en vano se han vendido en Europa más de un millón de unidades desde que vio la luz allá por 2008. Es, por tanto, uno de sus modelos de referencia, y uno de los elegidos dentro de la estrategia de comercializar este año un total de 14 modelos electrificados en el Viejo Continente.
El nuevo Kuga es 9 cm más largo (4,62 metros en total) y 4 más ancho que su predecesor, y además ha reducido su peso en cerca de 80 kg. Igualmente, como se puede ver en las fotos que acompañan este texto, tiene una línea más aerodinámica, fluida y moderna, lo que lo hace más deportivo y, a la vez, eficiente. Fruto de las mayores dimensiones también cuenta con un habitáculo más amplio, pero en lo que más se ha trabajado es en la oferta de motores, que no puede ser más variada.
Dentro de la gama híbrida, encontramos tres tipos. Por un lado, el Kuga híbrido enchufable, que se vale de un motor gasolina de 4 cilindros y 2,5 litros de cubicaje, más uno eléctrico con batería de litio de 14,4 kWh, para desarrollar 225 caballos. Esta variante ofrece una autonomía de 55 km en conducción eléctrica (tiene varios modos de funcionamiento para gestionar la energía) y recibe la etiqueta “0” de la DGT. En conjunto, el consumo es de solo 1,2 litros a los 100 km y las emisiones de 29 gramos por kilómetro. El tiempo de recarga del sistema eléctrico en una fuente de alimentación de 230 V es de aproximadamente 4 horas.
Otra de las opciones para el Kuga es la versión EcoBlue Hybrid, que se basa en un motor diésel de 2 litros y 150 CV combinado con sistema eléctrico de 48 voltios con batería que funciona como regenerador y potenciador de energía, otorgando más par al motor durante la conducción si es necesario. En este caso el consumo en ciclo mixto es de 4,3 litros a los 100 km y las emisiones de 11 g/km. Además, está entre los modelos con etiqueta “Eco” de la DGT.
El “trío de ases” híbrido se completa con el Kuga Hybrid “a secas”, el concepto más tradicional, que se basa en un motor de gasolina de 2,5 litros asociado a un motor eléctrico, un generador y una batería de litio. Esta versión puede funcionar puntualmente en modo eléctrico y el sistema es autorrecargable. El consumo medio está en torno a los 5,6 litros y las emisiones son de 130 g/km.
A esta oferta híbrida hay que sumar los motores “tradicionales” en gasolina y diésel, todos convenientemente mejorados. Entre los primeros, los denominados Ecoboost, hay propulsores de 1,5 litros con 120 y 150 caballos de potencia, mientras que entre los diésel EcoBlue la elección está entre el 1.5 de 120 CV y el más enérgico 2.0 de 190 CV.
Según versiones, hay disponibles cajas de cambio manuales y otras automáticas de 8 velocidades, y también hay opción de elegir entre modelos de tracción delantera o total.
En cuanto a equipamiento, hay tres niveles: Titanium, ST-Line y ST-Line X. El primero ya contempla de serie, por ejemplo, luces Led diurnas, llantas de 17”, sensor de lluvia, climatizador bizona o apertura y arranque sin llave. El ST-Line, de orientación más deportiva, incluye paragolpes a juego con el resto de la carrocería, espoiler trasero, llantas de 18 pulgadas, escapes dobles, pedales de aleación y suspensión específica. El último de los tres añade cuero en la tapicería, cristales tintados y faros Full Led.
En matería tecnológica lo que más destaca es la instrumentación digital de 12,3 pulgadas, el cargador inalámbrico, el sistema de conectividad FordPass Connect y el conjunto multimedia Sync 3 con pantalla de 8 pulgadas, pero no hay que olvidarse de ayudas a la conducción como el asistente de precolisión con detección de peatones, el reconocimiento de señales de tráfico o la alerta desvío de carril, entre otros muchos.