Lo hemos conducido y lo tenemos claro: el Citroën Ami es un vehículo ideal para la ciudad
Es, sin duda, uno de los lanzamientos del año, puesto que en Francia ya está a la venta y está teniendo una gran aceptación, sobre todo porque se ha homologado como cuadriciclo y por tanto se puede conducir a partir de los 15 años, con el preceptivo permiso. A España llegará en marzo, desde 6.900 euros, y se unirá a los patines, bicicletas y coches eléctricos que cada vez más pueblan las ciudades. Porque sí, este es un Citroën cien por cien eléctrico con el que se podrá circular de una forma desenfadada, práctica y debidamente protegidos de otros vehículos y de las inclemencias del tiempo.
Definirlo es complicado, de modo que es mejor juzgar por lo que se ve en las imágenes y el vídeo que acompañan a este artículo. Sí cabe recordar que estamos ante un “objeto móvil” de 2,4 metros de longitud (para hacernos una idea, el Smart Fortwo mide 2,7 metros) pensado para transitar principalmente por zonas urbanas, pero no solo hay que pensar en grandes ciudades, también tiene sitio en pueblos, grandes urbanizaciones o zonas costeras, por ejemplo.
Está planteado para que el gasto sea mínimo tanto de fabricación –en total tiene menos de 250 componentes– como de mantenimiento, de modo que el color azul “Ami” es la única opción para la particular carrocería, pero con posibilidad de personalizar los protectores laterales (“Airbumps”), los tapacubos y los adhesivos laterales mediante los paquetes “My Ami” en azul, naranja, gris o caqui, que son los que definen la gama, además de un amplio surtido de accesorios.
Sus grandes argumentos, por tanto, un precio asequible, un tamaño mínimo y una alta manejabilidad. Los límites, por así decirlo, son los 45 km/h de velocidad máxima y los 70 kilómetros de autonomía.
¿Es esto suficiente? Si se puede cargar a diario, desde luego que sí. Entre otras cosas, porque nunca necesitará más de tres horas para recuperar la energía, y un enchufe doméstico es suficiente.
Pues es la pregunta que nos hacíamos antes de la esperada presentación, que además tuvo lugar en el corazón de Madrid, y durante nuestra ruta desde luego atrajimos miradas por lo diferente y atrevido que resulta esta propuesta de Citroën.
Es imposible no comparar el Ami con un coche, pero no lo es, y eso se hace patente. Está hecho a base de paneles sobre una resistente estructura tubular metálica que sirve para proteger a los ocupantes.
En movimiento es algo rudo, porque no tiene dirección asistida, pero sus 470 kg lo hacen manejable y se maniobra con facilidad por su buen radio de giro. Los asientos son también duros, pero con un acolchado que permite estar cómodo al volante. La posición de conducción está muy retrasada, y ello, junto a tanta superficie acristalada, hace que la visión sea muy panorámica. Casi parece un juego de realidad virtual. Las teclas “D”, “N” y “R” del cambio automático (para arrancar, poner punto muerto y dar marcha atrás) están en el lateral izquierdo, al lado del asiento, y en el medio está el freno de mano. El resto son huecos y redes para transportar cosas, incluido un espacio a la medida de una maleta de cabina (la que se puede llevar en los aviones) en el lado del copiloto.
El motor emite un sonido que parece un silbido, y la aceleración es buena para los escasos 6 kW de potencia del motor. Por su parte, el sistema de frenado actúa con contundencia –no lleva ABS ni ningún otro sistema electrónico–, y además no es necesario utilizarlo mucho, porque el propio motor retiene bastante cuando se levanta el pie del acelerador.
El Ami se podrá ver y tocar en concesionarios, espacios específicos o incluso en la Fnac, tienda con la que Citroën ha llegado a un acuerdo para que forme parte de la red comercial, pero la compra solo se podrá hacer online mediante una web específica. De momento no está habilitada, pero se espera esté activa unas semanas antes del comienzo de la comercialización, prevista para marzo. El Ami se podrá recibir en casa (con sobreprecio y una sesión explicativa sobre su funcionamiento) o se podrá recoger en un concesionario. La gestión de la matriculación será a cargo de Citroën, sin gastos adicionales, y la marca ofertará también distintos servicios de asistencia, ampliación de garantía e incluso seguro, además de fórmulas de financiación que aún están en estudio pero que, si se parecen a las que hay en Francia –que es lo más probable–, permitirán adquirir un Citroën Ami desde 19,99 euros al mes.