Los coches de hidrógeno en España ya disfrutan de la primera estación de carga
Los vehículos con pila de combustible o de hidrógeno están en peor situación que los eléctricos debido a la falta de puntos de carga disponibles para ellos. Sin embargo, la instalación de nuevas infraestructuras y el avance de las tecnologías y técnicas de almacenaje de este elemento mejoras sus perspectivas de uso.
Ayer se inauguró en un Madrid la primera estación de recarga para este tipo de vehículos de la mano de Toyota España, Enagás, Urbaser, Carburos Metálicos, Sumitomo Corporation España y la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), lo que puede revertir la tendencia de compra en un futuro.
Estas instalaciones tienen capacidad para repostar hasta 12 unidades del Toyota Mirai y el proceso de repostaje es equivalente al de un modelo de propulsión tradicional, con una duración de menos de cinco minutos, ofreciendo una potencia máxima de 155 caballos y una autonomía de alrededor de 550 kilómetros.
Este modelo de vehículo de hidrógeno, el Mirai, fue el más vendido a lo largo del año pasado, con un total de 6 unidades matriculadas, La séptima que cierra el cómputo global fue un Hyundai Nexo, el otro modelo que se comercializa en el país.
El último estudio de Cetelem advierte que solo un 6% de los conductores españoles estaría dispuesto a comprar un coche de hidrógeno. Es cierto que son modelos que todavía no han aterrizado, su precio es elevado y, además, no cuentan con la infraestructura suficiente para poder realizar viajes largos o gozar de verdadera autonomía.
Aunque mejoren las infraestructuras de recarga para estos modelos y los eléctricos, un 33% de los conductores no compraría un vehículo de estas características (al igual que eléctrico o híbrido) si le supone un esfuerzo extra financiero y el precio de algunos modelos de los vehículos con pila de hidrógeno supera los 40.000 euros y llegan hasta, incluso, los 60.000 euros.
Por otro lado, un 44% de los encuestados en este estudio considera que los vehículos de pila de combustible pueden ayudar a reducir la contaminación en las ciudades, por lo que es posible que con una buena infraestructura y una estabilización en el precio de estos modelos, cambie la opinión de los conductores más reticentes.