Los efectos del síndrome postvacacional pueden afectar a la conducción
Durante el mes de septiembre los trabajadores pueden enfrentarse al ya conocido síndrome postvacacional, que genera estrés y ansiedad al volver a recuperar las rutinas laborales y los horarios después de los días de descanso y relax del verano.
Según la Sociedad Española para el Estudio del Estrés y la Ansiedad, algunas de las consecuencias de este síndrome son: preocupación, inseguridad, temor a perder el control, taquicardia, temblor, molestias digestivas, dolor muscular y de cabeza… Acompañados de ansiedad general y estrés, que pueden provocar cansancio.
Estos síntomas merman las facultades físicas y psicológicas para mantener la seguridad al volante y en algunas ocasiones pueden ser causa de accidentes de tráfico. Según la Dirección General de Tráfico, la fatiga al volante es uno de los factores que más influyen en la siniestralidad.
Dos graves consecuencias de la fatiga al volante son la falta de reacción ante imprevistos que puedan surgir en la carretera y el aumento de la capacidad de distracción. En cuestión de segundos se puede producir un choque o una colisión por culpa de estas situaciones.
Es importante, por lo tanto, poner soluciones antes de coger el coche si se padece alguno de estos síntomas. El mejor remedio sería evitar conducir siempre que se aprecie una disminución de las facultades físicas y psicológicas.
Asegurar que el habitáculo del vehículo está correctamente ventilado y que la temperatura interior sea correcta ayuda a luchar contra la somnolencia. Comer de manera adecuada y evitar las comidas pesadas o copiosas también es una solución a este problema.
Por último, es aconsejable tener una buena higiene del sueño y organizar los horarios antes de ir a dormir. Tratar de ir a la cama teniendo las tareas del día siguiente ordenadas y con la cabeza libre de preocupaciones propiciará un estado de relajación antes de dormir.