Los neumáticos de invierno te hacen la vida más fácil ante un temporal
En nuestro país, el uso de neumáticos de invierno no es una opción muy extendida, ya que la estación de nieve suele ser corta y no afecta mucho a las grandes ciudades, pero sí es muy valorada en zonas rurales y de sierra como alternativa a las tradicionales cadenas, aunque no son solo un sustituto de este elemento. Vamos a conocer sus ventajas e inconvenientes.
Los neumáticos específicos para invierno están diseñados y preparados para la estación más fría, y su rendimiento óptimo se da en temperaturas por debajo de los 7 grados, de modo que lo ideal es montarlas durante el período específico de frío. El “contra” está en que debemos disponer de un espacio para guardarlas cuando no se usen, pero tener dos juegos, invierno y verano, alarga muchísimo la vida de las ruedas.
Una vez montados, los neumáticos de invierno no requieren de un cuidado especial si la temperatura es la adecuada para su uso, y no hay que preocuparse por nada. Además, se adaptan a todas las superficies, no solo a la nieve, y por tanto son mucho más seguros y polivalentes. Por supuesto, sustituyen a las cadenas.
El código que los diferencia es “M+S” o “MS” (Mud + Snow, o sea, barro y nieve) y normalmente la presencia de un copo de nieve o el dibujo de una montaña en el flanco. La goma de estos neumáticos, más blanda, tiene una composición que le permite mantener la flexibilidad aun con temperaturas por debajo de los 7 grados, y la banda de rodadura tiene canales más anchos, lo que favorece también la evacuación del agua. También cuentan con «laminillas» que aumentan la adherencia.
Quizá sea el factor más importante y definitivo, pero no es la única ventaja. En condiciones adversas sobre nieve o hielo, los neumáticos de invierno logran acortar la distancia de frenado a la mitad a 50 km/h y aproximadamente un 15% a 80 km/h.
La oferta de marcas es cada vez mayor, y grandes fabricantes como GoodYear, Michelin, Bridgestone o Pirelli tienen un catálogo amplio y en bastantes medidas, aunque no tan variado como los neumáticos convencionales. Como se demandan menos, el precio es más elevado que el de estos, pero no es un gran dispendio en las medidas más habituales.