Mazda MX-30: el eléctrico que destaca por no seguir la corriente
La tecnología eléctrica no es nueva en Mazda, pues sus ingenieros han estado ensayando con ella durante cinco décadas, pero sí es el primer lanzamiento global de un coche de estas características.
Desde luego, no se han dejado nada en el tintero. Aunque tiene las mismas dimensiones que el CX-30, no estamos ante la versión eléctrica de este SUV. Es mucho más que eso, y nosotros hemos tenido ocasión de comprobarlo en persona.
Para empezar, el MX-30 tiene un diseño frontal diferente, con una calandra mucho más fina y compacta que cualquier modelo Mazda. Visto de perfil, la caída del techo es también más pronunciada que la del CX-30, con los pilares traseros de distinto color al de la carrocería, y la trasera es más redondeada y con ópticas menos alargadas.
No obstante, el elemento más “rompedor” de este MX-30 con respecto a la mayoría de modelos actuales es que las puertas se abren de manera opuesta y no tiene pilar central, de modo que el acceso al interior es mucho más fácil.
Por dentro, precisamente, todo tiene un nivel de acabados exquisito. Destaca la consola central sobreelevada y los detalles en corcho, otra de las señas de identidad de este vehículo, que se ha fabricado utilizando materiales reciclados y sostenibles. También hay tres pantallas digitales: la del cuadro de instrumentos, la central de infoentretenimiento y una tercera, abajo, para el control de climatización.
La mecánica eléctrica de este Mazda tiene una potencia de 107 kW (145 caballos), y está asociada a un batería de 35,5 kWh que le confiere una autonomía de 200 caballos. Sobre el papel, este rango puede parecer corto, pero hay factores que lo explican: es un coche eminentemente urbano, está pensado para clientes con más de un vehículo en propiedad y además hay estudios que indican que el 72% de los conductores en Europa no recorre más de 50 km diarios. Por otro lado, este modelo es sostenible hasta en su proceso de fabricación, y construir baterías potentes tiene mayor coste medioambiental, según afirman los responsables de Mazda en España. En cualquier caso, el proceso de recuperación de energía, del 20 al 80%, oscila entre los 36 minutos que tarda en un punto rápido a las 3 horas en un punto de corriente alterna normal, de modo que se puede cargar sin problemas todos los días.
Para la toma de contacto del Mazda MX-30 se dispuso de un recorrido muy completo que transitaba por ciudad, carretera y autovía. En movimiento, lo primero que llama la atención es el suave zumbido que emana del sistema eléctrico, ya que los ingenieros han querido que el conductor tenga una referencia auditiva al conducir que, al menos a nosotros, nos ha convencido.
La suavidad de marcha es total, y aunque en los coches eléctricos la respuesta es inmediata, en este Mazda es buscadamente progresiva, porque se ha trabajado en el pedal del acelerador para evitar incómodas brusquedades.
Con la velocidad máxima limitada a 140 km/h, en carretera el MX-30 va sensacionalmente asentado, con una dirección precisa y muy buena frenada, aunque como se puede elegir entre cinco niveles de retención para la recarga del motor eléctrico, con el máximo de ellos activo casi se puede conducir sin tocar el pedal izquierdo, y eso además permite alargar la autonomía.
El nuevo Mazda MX-30 está a la venta a partir de los 34.375 euros, pero con ayudas, descuentos de marca y financiación se puede adquirir por 27.880 euros. Hay cuatro acabados: Origin, Evolution, Zenith y First Edition, aunque este último forma parte de una campaña especial de lanzamiento que ofrece una gran dotación de equipamiento por solo 215 euros más que la línea de acceso.
Como es natural, la tecnología y conectividad es muy alta en este modelo, destacando en este último apartado la posibilidad de controlar el nivel de carga de la batería, programarla en los mejores horarios e incluso poner en marcha la climatización desde un smartphone o dispositivo móvil.
En cuanto a ayudas a la conducción, la versión básica Origin ya dispone de elementos como control de crucero adaptativo, detector de fatiga y control de ángulo muerto, mientras que la más equipada Zenith incluye el avanzado sistema de asistencia a la frenada en ciudad con detector de tráfico frontal.