¿Merece la pena apostar por un modelo híbrido enchufable?
Peugeot ha elaborado un estudio comparativo entre sus modelos híbridos enchufables, que a poco a poco van creciendo en número, y los propulsados por mecánicas de combustión. La actual gama híbrida enchufable del fabricante francés cuenta con el 508 Hybrid, en su versión berlina y familiar, y con el 3008 Hybrid, que también se desdobla en una variante con tracción integral.
Es un hecho inapelable, a día de hoy hay que desembolsar más por un híbrido enchufable que por un gasolina o diésel. Por poner una referencia, siempre con la tarifa base, un 508 de gasolina PureTech de 180 caballos cuesta 33.600 euros y un diésel BlueHDi de 163 CV tiene un precio de 30.550 euros. El 508 Hybrid se alza hasta los 40.650 euros, pero el sistema desarrolla una potencia de 225 caballos. Todo a igualdad de equipamiento y sin aplicar las actuales ayudas, que en este momento hacen disminuir la brecha sensiblemente.
Los híbridos enchufables están exentos del pago del Impuesto de Matriculación y los ayuntamientos ofrecen distintos tipos de bonificación para el Impuesto de Tracción Mecánica. Además, muchas compañías de seguros permiten contratar pólizas más económicas, mientras que las principales compañías de renting prevén valores de reventa considerablemente más altos para estos modelos.
Los modelos híbridos tiene una autonomía eléctrica de hasta 59 km, suficiente para una gran mayoría de usuarios en sus desplazamientos urbanos y por el extrarradio con electricidad en lugar de gasolina. Esto puede suponer un ahorro de entre 6,04 y 7,44 euros cada 100 km (cálculo realizado sobre un 3008 PureTech gasolina de 180 CV a un precio de gasolina de 1,17 euros por litro).
El funcionamiento del sistema híbrido, basado en un motor de combustión y uno o dos eléctricos (como en el caso del 3008 Hybrid4), hace que las piezas del de gasolina, por ejemplo, sufran menos desgaste. También sucede con elementos mecánicos como los frenos, ya que la frenada regenerativa alarga la duración de pastillas y discos. Eso sí, el mayor peso de los híbridos hace que los amortiguadores sufran más.
Las revisiones en toda la gama 3008, ya sea en sus versiones híbridas, de gasolina o diésel, están programadas cada 30.000 km o cada año en condiciones de uso normales, aunque en los diésel el intervalo está en función de la conducción y el uso que realiza el propietario.
La batería de servicio de 12 voltios se cambia en los híbridos cada cuatro años, mientras que en los gasolina o diésel el período no está predeterminado. También la sustitución de la correa auxiliar o de accesorios se adelanta de los 120.000 a los 90.000 kilómetros en los híbridos. El resto de componentes tienen programadas intervenciones muy similares. Eso sí, en los diésel hay que agendar, aunque a muy largo plazo, el cambio de la correa de la distribución o el control del filtro de partículas.