Nissan deja de tener peso en Europa
El cierre de la factoría de Nissan en Barcelona ha caído como un jarro de agua fría aunque dentro del sector de la automoción para nada ha sido una sorpresa. Tampoco para los dirigentes de la Alianza Renault-Nissan–Mitsubishi que ya estaban trabajando en ello desde hace tiempo como explicaron en la mañana de ayer cuando anunciaron el reparto de continentes y regiones para la fabricación y el desarrollo de nuevos modelos. El objetivo, reducir en un 40% las inversiones en la fabricación de los mismos, optimizar al máximo los recursos y mejorar la competitividad entre ellos.
De este modo, Renault se convertirá en la referencia en Europa, Nissan hará lo propio en Japón, EE.UU. y China, mientras que Mitsubishi centrará su actividad en el Sudeste Asiático y Oceanía. Esto implica también que cada marca desarrolle una línea de modelos específica que complemente a las otras con el fin de no solapar los productos.
Igualmente el desarrollo de las tecnologías serán asignadas por marcas. Según anunció Jean-Dominique Sénard, el líder de la Alianza, el desarrollo eléctrico y la conectividad lo pilotará Renault, la hibridación enchufable formará parte de las tareas de Mitsubishi y Nissan se encargará de la conducción autónoma.
Tras esta reestructuración es evidente que Nissan deja de tener peso en el continente europeo para que sea Renault el que tome el protagonismo en esta región. De este nuevo esquema se puede extraer una de las razones para que la Alianza haya decidido cerrar la histórica planta que la marca japonesa tiene en Barcelona.