Nos ponemos al volante del Mokka, el próximo superventas de Opel en el segmento de los SUV
Se palpaba durante la presentación realizada en el día de hoy que este lanzamiento es muy importante para Opel. Y lo es, dado el competido segmento en el que compite, el de los B-SUV, aunque tiene todas las trazas de ser un “caballo ganador”, percepción que ya tuvimos cuando acudimos a la presentación estática y que ahora, una vez probado, tenemos aún más clara.
Lo primero que destaca de este nuevo Opel Mokka no es solo la ruptura con el modelo anterior, ya que no se parece en nada, sino la apuesta por un diseño diferente y rompedor, que atrae muchas miradas. Una propuesta valiente que rompe con las líneas más conservadoras de los últimos modelos de la marca y que es el primer exponente de una nueva etapa en Opel.
Su original parrilla y las ópticas finas y horizontales dan sensación de fuerza, el perfil es bastante afilado para ser un SUV y la zaga, gracias también a los faros, da sensación de aplomo. Mide 4,15 metros, 6,6 cm menos que un Crossland y 9,1 más que un Corsa, con el que si bien no compite directamente, tenemos la sensación de que puede “robarle” algunos clientes, lo cual no es problemático si todo queda “en casa”. El Crossland tiene una vocación más familiar, y no parece que sea un competidor directo, a pesar de que no difieren tanto en tamaño.
Por dentro el cambio es profundo respecto a su predecesor, con acabados de buena calidad en combinación con embellecedores plásticos que lo dotan de mayor desenfado para ser un diseño alemán. Los asientos son cómodos y el puesto de conducción parece más el de un turismo que el de un SUV, no da tanta sensación de altura –para bien o para mal, eso va por gustos– que suelen tener los coches de este tipo.
La digitalización es total, porque no hay opción analógica para el cuadro de mandos, cuya pantalla llega hasta las 12 pulgadas y prácticamente se une a la del sistema multimedia, que puede tener 10 pulgadas y está ligeramente orientada hacia el conductor. A pesar del peso de lo digital, hay algunos mandos físicos, lo cual siempre se agradece, como los mandos para la climatización.
Al haberse realizado sobre la plataforma CMB, la misma del Opel Corsa, la oferta de motores es amplia y no plantea problemas adicionales para la fabricación, ya que el proceso es el mismo para todos los motores, incluso los eléctricos.
Quien quiera los tradicionales motores térmicos, puede elegir entre dos gasolina de 1,2 litros turbo con 100 o 130 caballos de potencia, y si la preferencia es diésel, hay una opción de 1,5 litros y 110 CV disponible. La transmisión en todos los casos es manual de 6 velocidades, pero la versión gasolina más potente se puede combinar con una transmisión automática de 8 velocidades.
Por supuesto, dados los estándares y tendencias sostenibles de hoy, hay una versión cien por cien eléctrica, de nombre Mokka-e, con el motor de 100 kW (equivalente a 136 CV) que ya está dando grandes resultados en el Corsa.
Al compartir plataforma, no hay diferencias entre las versiones térmicas y la eléctrica, más allá de su propio funcionamiento, dejando un habitáculo amplio en relación al tamaño y un maletero de 350 litros de capacidad (ampliable abatiendo los asientos).
En cuanto a estructura de gama, hay cuatro acabados: el básico “Edition”, el deportivo “GS Line”, “Business Elegance” y el tope de gama “Ultimate”.
Durante la presentación nos hemos puesto al volante de la versión gasolina de 130 caballos con acabado “GS Line” y del Mokka-e “Ultimate”. Común a ambas variantes es la buena posición de conducción y manejabilidad en zonas urbanas, así como un comportamiento ágil y dinámico que nos ha sorprendido gratamente.
Del motor térmico de 130 caballos nos ha gustado su contundente respuesta y bonito sonido, mientras que del Mokka-e nos ha llamado la atención que la potencia no llega tan de golpe como otros eléctricos, la entrega es progresiva y el escalonamiento entre los modos Eco, Normal y Sport es muy perceptible.
El Mokka-e, que tiene una batería de 50 kWh, ofrece una autonomía homologada de 324 kilómetros y puede recuperar el 80% de energía en 30 minutos en un punto de carga de 100 kW, mientras que en solo 12 minutos recupera la suficiente para recorrer 100 km. En un poste de 11 kW, el proceso entero de carga se alarga hasta las 5 horas y 15 minutos. De todos modos, la posición “B” del cambio permite ralentizar el gasto de energía recuperándola con la propia dinámica del coche en las deceleraciones y frenadas.
El nuevo Opel Mokka va a tener éxito desde el principio, como lo demuestran los 2.400 pedidos que tiene desde que empezó a comercializarse el pasado mes de noviembre. Las primeras entregas están previstas para marzo, y el rango de precios en el que se mueve es de 21.824 a 32.113 euros las versiones térmicas y de 35.400 a 42.100 euros la variante eléctrica según el acabado.
Por último, que no menos importante, hay que hablar del equipamiento, que como es habitual en los lanzamientos más recientes es de alto nivel tecnológico, sobre todo en materia de seguridad. Con hasta 16 asistentes posibles, destacan los más importantes y habituales, caso del control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tráfico, asistente de mantenimiento de carril, aviso de vehículos en ángulo muerto o la cámara de visión trasera panorámica.
Otros elementos importantes son las luces matriciales adaptativas por LED, campo en el que Opel ha destacado desde que las popularizó en el último Astra, el climatizador automático, el cargador inalámbrico para móviles y el sistema de acceso y arranque sin llave. A todo ello hay que añadir los elevados detalles de personalización, que permite tener casi un Mokka “a la carta”.