Poco a poco, el verano se acaba… y así hay que preparar el coche para el otoño
La llegada de una nueva estación afecta al mantenimiento y al estado de los vehículos. Es necesario, al igual que se cambia la ropa del armario, hacer una serie de ‘cambios’ en el coche cuando se acerca la nueva temporada que, en este caso, es el invierno.
Durante el verano, toca revisar el aire acondicionado, los neumáticos y hay que prestar atención a los efectos secundarios del calor en la mecánica y la carrocería del vehículo.
Una vez que, debido a los viajes por las vacaciones, el coche ha sufrido más de lo normal por el exceso de kilómetros y de horas de conducción, es hora de ponerlo a punto para empezar septiembre con buen pie.
El primer paso, indispensable, será limpiar en profundidad, tanto el interior como el exterior. Puede haber restos de barro, de arena y polvo en la carrocería además de suciedad, bacterias y gérmenes en el habitáculo.
Vaciar el maletero es un proceso largo pero necesario, ya que durante los viajes de vacaciones los coches suelen cargarse ‘por si acasos’ que en el día a día suman peso en el vehículo y aumentan el gasto de gasolina.
Antes y después del verano es importante revisar que los líquidos del coche estén en el nivel correcto. Hay que mirar el aceite del motor, el refrigerante y también líquido limpiaparabrisas de cara al otoño y al invierno.
Echar un repaso a la mecánica del motor y del vehículo en general nunca está de más. Desde las más pequeñas hasta las que pueden acarrear averías más graves como la correa de distribución.
La visibilidad es un factor determinante para una conducción segura. Todas las luces del coche tienen que estar en perfectas condiciones y ninguna bombilla debe estar fundida. También sería conveniente cambiar las escobillas de los limpiaparabrisas.
Las ruedas son uno de los elementos que más tienen que ver en la seguridad a la hora de conducir. El calor del verano puede pasar factura a la goma de los neumáticos, así que hay que comprobar que están en buen estado.