Probamos el espectacular Toyota GR Yaris y sacamos lo mejor de él en circuito
Antes del lanzamiento del GR Yaris, Toyota ya había conseguido sobre la base de su modelo utilitario, el Yaris “convencional”, un coche ganador en la máxima disciplina de los rallies: el Campeonato del Mundo.
Animado por el éxito en el certamen, sobre todo por el título de Constructores de 2018, el propio CEO de la marca, Akio Toyoda lideró el desarrollo de un Yaris más deportivo para la producción en serie, e incluso participó en las pruebas, junto a los pilotos oficiales del equipo Toyota en competición (Gazoo Racing), conduciendo el prototipo.
El resultado no pudo ser más acertado y espectacular, porque el GR Yaris es un coche absolutamente pasional, aunque con la ventaja de servir también para el día a día… con sus particularidades.
La base del GR Yaris es única, en tanto en cuanto aprovecha la plataforma del utilitario convencional para la parte delantera y se “funde” con la del Corolla y el C-HR –de un segmento superior– para adaptar la parte trasera al sistema de tracción total, uno de los grandes activos de este coche.
Con una altura 45 mm menor que el Yaris y menos distancia respecto al suelo por el tarado de la suspensión, la estructura general del coche se ha reforzado y se ha utilizado aluminio e incluso fibra de carbono (en el techo) para aligerar el peso. Recordemos que el objetivo es maximizar las prestaciones.
A ello contribuye también, por supuesto, el trabajo aerodinámico, que como se puede ver en las imágenes se traduce en grandes tomas de aire, vías laterales sobredimensionadas y difusor y alerón traseros, siempre sobre una deportiva carrocería de tres puertas. Las llantas, además, son de 18 pulgadas y específicas para este modelo.
El interior, por su parte, cuenta con asientos y detalles que, junto a los logotipos de Gazoo Racing, dejan claro que estamos ante una versión especial. La parte trasera ofrece limitado espacio para los ocupantes, que si son de estatura alta no irán especialmente cómodos. En cuanto al maletero, es sin duda el “eslabón débil”, pues la existencia del sistema de tracción total, del que hablamos más adelante, solo deja disponible 174 litros de volumen.
¿Es este Yaris indicado para una familia? Estamos ante un coche de solo 4 metros de longitud, ya de partida, y digamos que para un grupo familiar de más de tres miembros no es del todo práctico, pero cada cuál tiene que valorar su uso y lo que le aporta.
El motor de este Yaris también tiene particularidades, y todas excelentes: es el tres cilindros más potente y compacto de los que actualmente se producen en serie. Es gasolina, turbo, con 1,6 litros de cubicaje y desarrolla nada menos que 260 caballos de potencia, con un generoso par de 360 Nm entre 3.000 y 4.600 rpm. Está asociado a una caja de cambios manual de seis marchas y se combina con un avanzado sistema de tracción permanente, denominado GR-Four.
Configurada específicamente para este Yaris, la tracción dispone de tres modos de funcionamiento que se seleccionan mediante un mando giratorio en el interior. Por defecto funciona en modo Normal, con un reparto del 60% de la tracción delante y el 40 detrás; luego está el Sport, con un reparto del 30 y 70%, y el Track, que destina el 50% de fuerza a cada eje y es el ideal para circuito.
La suspensión, por su parte, cuenta con una sólida y ligera estructura, con un ajuste más firme que favorece el agarre de los anchos neumáticos que equipa este modelo (225/40 R18 de medida), mientras que los frenos tienen enormes discos ventilados de 356 mm delante y de 297 detrás para detener el coche con rotundidad.
Todo lo aquí expuesto da como resultado un peso total de 1.280 kg, lo que significa que cada uno de los 260 caballos del motor del GR Yaris solo tiene que mover 4,5 kg. Esto determina, claro, sus prestaciones, por lo que no es sorprendente que este coche sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en unos fulgurantes 5,5 segundos.
Dada la espectacular imagen de este GR Yaris, para empezar es difícil de que no llame la atención allá por donde pasa, sobre todo con el color rojo “emoción” con el que está disponible (además de blanco o negro). Ni esconde ni pretende esconder su vocación.
Por dentro, el diseño envolvente de los asientos deja el cuerpo bien acomodado, y delante tenemos un cuadro de instrumentos de esferas tradicional con una pequeña pantalla de 4,2” entremedias que ofrece información, entre otras, sobre la presión del turbo y la presión y temperatura del aceite. El volante es grueso y deportivo, y a la derecha la palanca de cambios es corta y tiene una posición bastante más elevada que en el Yaris convencional.
Y nos ponemos en marcha. Como es un utilitario, el manejo en ciudad, dadas sus proporciones, es muy cómodo y se mueve con total agilidad, con un motor que no resulta sonoro a bajo régimen. Es el coche que se espera. En carretera tipo autovía sigue siendo suave y dócil mientras mantengamos ritmos tranquilos, aunque sí es cierto que se nota cierta dureza de la suspensión, aunque no resulta incómoda.
Si empezamos a “jugar” un poco con las marchas, la cosa cambia bastante, porque el turbo enseguida pega un empujón y la respuesta es fulgurante; hay que tener cautela, pero la sensación es una auténtica maravilla, de las que hacía tiempo que no disfrutábamos. El sonido en regímenes medios y altos es bonito y sube las pulsaciones, también porque llega a nuestros oídos ligeramente amplificado por los altavoces del coche, recurso que no sabemos hasta qué punto es necesario. Pero ahí está.
En zonas viradas el coche también responde de maravilla, y ni siquiera se hace necesario pasar a los modos Sport o Track de la tracción total, pero depende de la sensibilidad y exigencia del conductor. La elevada potencia del motor se transmite perfectamente al suelo, la dirección es del todo precisa y se sienten muy bien cada uno de los movimientos del coche, pero todo pasa muy rápido, con lo que ello conlleva. En cualquier caso, como todo está a la altura de las circunstancias, como los frenos, y las reacciones son nobles, no plantea ningún problema, de modo que el límite lo pone la pericia de quien está al volante… y, siempre, el sentido común.
Dadas las características de este coche, no es extraño que Toyota se haya planteado un plus para un uso aún más exigente. Se trata del paquete opcional Circuit Pack, que por 4.627 euros añade a lo mucho que aporta este Yaris GR unos diferenciales de deslizamiento limitado delante y detrás (mecanismos que se encargan de que cada rueda reciba siempre la cantidad de fuerza necesaria para proyectarla sobre el asfalto), un ajuste de suspensión más enérgico, llantas aligeradas y neumáticos Michelin Pilot Sport 4S (frente a los Dunlop SP Sport Maxx050 de serie).
Por supuesto, no es un requisito el rodar en circuito para montarlo, pero nosotros, gracias a Toyota, lo pudimos testar en este exclusivo entorno, concretamente el Circuito del Jarama-RACE. Y claro, como se podía esperar, no nos decepcionó en absoluto. En la pista, el GR Yaris se desenvuelve a la perfección y hace muy fácil lo difícil. No le falta de nada, porque pone un nivel tan alto que queda bastante por encima de la mayoría de los conductores.
La tracción –aquí sí, en modo Track–, gracias a los diferenciales, hace que se pueda aprovechar toda la aceleración y que el paso por curva sea elevado, y la suspensión pega tanto el coche al asfalto que es difícil que se descomponga. El aplomo es total.
Sin tráfico y en un entorno controlado como es un circuito, se puede dar rienda suelta al acelerador, el cambio manual actúa con una precisión excelente y el motor lo aguanta prácticamente todo; nunca se queda corto. También la frenada se muestra contundente, y aun con el paso de las vueltas no percibimos una bajada de rendimiento o fatiga.
Lo único malo es que las experiencia terminó, pero sirvió para valorar este modelo como se merece. Es un coche de competición “vestido” de calle, y de hecho ha sido elegido para protagonizar una Copa de Rallies, la Toyota Gazoo Racing Iberian Cup, que se disputará en España y Portugal el próximo año. Con eso está todo dicho.
Cierto es que gastar más de 30.000 euros en un utilitario son palabras mayores, pero no es este un coche de masas (aunque ha sobrepasado las expectativas de ventas de Toyota).
Es un modelo muy especializado y exclusivo, y hay que considerarlo como tal. Así, actualmente el GR Yaris tiene un precio de 33.180 euros, y lo vale sin el menor género de duda, porque además de su potencial dinámico cuenta con alto equipamiento: faros LED, sistema de acceso y arranque sin llave, tapicería en cuero y Alcantara, climatizador bizona o sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas, a lo que hay que añadir el paquete Toyota Safety Sense con sistema de seguridad precolisión, control de crucero adaptativo inteligente, avisador de cambio involuntario de carril y sistema de mantenimiento de la trayectoria.
Motor: gasolina.
Potencia (kW/CV): 192/260.
Cambio: manual, de 6 velocidades.
Largo (mm): 3.995.
Ancho (mm): 1.805.
Alto (mm): 1.460.
Maletero (litros): 174.
Velocidad máxima (km/h): 230.
De 0 a 100 km/h (seg.): 5,5.
Consumo medio (l/100 km): 8,2.
Emisiones CO2 (gr/km): 186.
Precio (euros): 33.180.