Probamos el Jeep Wrangler 4xe, el todoterreno que también conquistará la ciudad
Hace pocas fechas nos pusimos al volante del Gladiator, un espectacular pick-up de 5,5 metros de longitud desarrollado sobre la base del Wrangler. A pesar de su tamaño, la agilidad del coche en condiciones off road es impresionante, y mucha “culpa” la tiene el modelo del que proviene, el Wrangler, el icono actual de una marca que ha llegado en este 2021 a su 80 aniversario.
El Jeep Wrangler, sucesor del mítico “Willys” militar de principios de los años 40 del siglo pasado, se lanzó en 1987 y en 2017 se descubrió la cuarta y más reciente generación, ya bajo el paraguas de FCA (Fiat Chrysler Automobiles), hoy Stelllantis.
Siempre es un placer subirse a bordo de uno de los pocos todoterreno puros que quedan el mercado, pero en esta ocasión lo hemos hecho en la versión más moderna y eficiente de la historia de Jeep, el modelo que supone un punto de giro en la marca: el híbrido enchufable 4xe.
Las diferencias de este modelo respecto a la versión de combustión son mínimas: solo detalles decorativos de color según sea el acabado, la presencia del logotipo “4xe” y el punto de carga en el lateral izquierdo, delante de la puerta del conductor.
Y hasta ahí las diferencias que saltan a la vista, más allá de que el 4xe solo está disponible en carrocería de cinco puertas, porque lo que no se ve y caracteriza a esta variante es la incorporación de un propulsor gasolina de 2 litros turboalimentado y un doble motor eléctrico (uno generador y otro impulsor) que dan forma a un brillante sistema híbrido enchufable de 380 caballos.
Como indispensable complemento, una batería de 17,3 kW de potencia ubicada bajo los asientos traseros, en un compartimento estanco para no comprometer las elevadas capacidades off road de este modelo.
La mencionada batería permite un funcionamiento en modo eléctrico de 45 km en ciclo combinado, cifra que se puede “estirar” bastante más si se circula exclusivamente por ciudad. Este detalle es el que acerca al Wrangler al uso urbano, porque hay una buena porción de público que gusta de tener un coche alto y de envergadura para el uso cotidiano.
Esto se une, claro, al hecho de que la hibridación reduce mucho el consumo, con unos valores imposibles en versiones de gasolina: con la batería cargada, los valores medios de gasto están en torno a los 3,5 o 4,1 litros a los 100 km.
Para tener la batería con carga se puede recurrir directamente a la red eléctrica, y en un punto de 7,4 kW recuperar energía en solo 2,5 horas, pero la gestión “práctica” del sistema híbrido se realiza mediante los tres modos de conducción disponibles: Hybrid, Electric y e-Save.
Como decíamos antes, subirse a un Wrangler –la distancia de la carrocería al suelo es de 24 cm– ya es estimulante. El poderío de su imagen y sus 4,8 metros imponen de partida, y al volante, con ese salpicadero ancho y vertical ante nosotros, la sensación es distinta a la mayoría de coches, aunque sean tipo SUV.
En el centro hay una pantalla de 8,4 pulgadas para el sistema multimedia Uconnect de última generación, el cual integra funciones específicas de control del sistema híbrido y soluciones de conectividad que permiten tener información y controlar algunos parámetros del coche desde un dispositivo móvil.
En la parte inferior del salpicadero, ya en la consola, hay dos palancas, una más larga para gestionar el cambio automático de 8 velocidades y otra para activar el sistema de tracción total y la reductora en caso necesario.
Nuestra toma de contacto se produjo en la isla de Ibiza, un lugar donde, gracias a su polivalencia de uso, se ven y se venden muchos Jeep. En nuestro recorrido había una pequeña zona urbana por las calles de Ibiza, un tramo largo por carretera y un trayecto por caminos sin asfaltar.
Al arrancar, el ruido que se espera es inexistente, lo que choca en un “tanque” de estas proporciones. El modo híbrido, que se activa por defecto, actúa automáticamente y en función de la demanda de potencia, y no esperamos mucho para hacer rugir el motor de combustión en carretera, a golpe de acelerador. El empuje, como se espera de un coche de 380 CV, es descomunal aunque tenga que arrastrar 2,2 toneladas, no en vano estamos ante un vehículo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 6,5 segundos, según las cifras oficiales.
Como queríamos preservar energía eléctrica para el recorrido urbano, elegimos el modo e-Save y circulamos cono el motor de combustión hasta nuestro destino, donde ya seleccionamos el modo eléctrico hasta salir de la ciudad. Con unos 10 km por agotar de energía eléctrica, la volvimos a “guardar” y activamos también los sistemas de recuperación y autorregeneración, de modo que aún nos quedó suficiente para darnos el gusto de transitar en el campo sin emitir ruido, lo que es una experiencia absolutamente placentera.
Tanto en carretera como fuera de ella el comportamiento del 4xe fue exquisito, y en los caminos, con algunas partes muy rotas, no llegó a ser necesario activar la tracción integral, de modo que el margen off road es, como siempre en el Wrangler, amplísimo y esperamos poder examinarlo con más detenimiento.
El Jeep Wrangler 4xe ya está a la venta en los concesionarios de la marca. Hay tres versiones, Sahara, Rubicon y una específica llamada 80ª aniversario, con precios de partida de 68.900, 70.800 y 72.300 euros (sin descuentos). La diferencia máxima respecto a la variante gasolina disponible es de 3.300 euros, una suma totalmente amortizable teniendo en cuenta las ventajas impositivas y a la hora de aparcar, por ejemplo, que le confiere la etiqueta “Cero” de la DGT al 4xe, de modo que es para pensárselo.
En materia de equipamiento, nada tiene que ver la dotación de este Wrangler con respecto a los todoterreno de hace no tantos años, ya que cuenta de serie con llantas de 18 pulgadas, faros Full LED, cuadro de mandos con pantalla de 7 pulgadas, climatizador, sistema Uconnect con pantalla de 8,4 pulgadas o control de ángulo muerto.
La variante Rubicon, que es de orientación más específicamente off road, dispone de llantas de 17 pulgadas, barra estabilizadora desconectable, selector de modos de conducción para arena y rocas y una nueva cámara delantera (ubicada en la parte superior de la parrilla) para detectar obstáculos sin bajar del coche, entre otros elementos. Por su parte, la variante “80 aniversario” agrega pintura y logotipos específicos, paquete confort y tapicería de cuero.