Probamos el Renault Mégane Sport Tourer E-Tech: el familiar híbrido enchufable que el Moves III te pone más a tiro que nunca

Probamos el Renault Mégane Sport Tourer E-Tech: el familiar híbrido enchufable que el Moves III te pone más a tiro que nunca

El Mégane es uno de los compactos más populares del mercado y un pilar fundamental en la oferta de Renault, y por eso se ha elegido, junto con otro superventas, el Captur, para incorporar la tecnología híbrida enchufable E-Tech con etiqueta “Cero” de la DGT.

Además, esta mecánica es una de las novedades que trajo consigo la actualización acometida en el Mégane el año pasado, la cual añadía cambios en los paragolpes, las ópticas por LED y un mayor equipamiento tecnológico. Por todo ello teníamos ganas de testar este modelo, eso sí, en su carrocería familiar, ya que hasta la segunda mitad del año es la única que cuenta con versión E-Tech.

Además, con la reciente aprobación del plan Moves III, es uno de los modelos más recomendables por su relación calidad-precio final, ya que ahora puede adquirirse con hasta 5.000 euros de descuento adicional.

Pero vamos por partes. La imagen del Renault Mégane Sport Tourer es muy agraciada. Tiene una presencia importante con sus 4,6 metros de longitud (27 cm más que el cinco puertas) y la silueta tipo ranchera combina a la perfección con la estética general de este modelo, además de las ventajas prácticas que le confiere.

El interior, como es lógico por su tamaño, ofrece bastante espacio a los ocupantes. Los acabados son buenos y el diseño funcional, destacando la gran pantalla multimedia en el centro, que es de 7 pulgadas de serie y de 9,3 pulgadas con un pack añadido que cuesta 650 euros y que también integra el Head-Up Display y la cámara de visión trasera, como era el caso de esta unidad.

En cuanto a capacidad, el maletero se queda algo corto para ser un vehículo familiar, pues ofrece 390 litros frente a los 520 de las versiones térmicas. La razón de esto, como se puede adivinar, es la presencia de la batería, que también ha obligado a modificar la arquitectura de la suspensión trasera. De todos modos, no hay que preocuparse, porque el espacio es aprovechable y sigue pudiendo dar servicio a una familia y su equipaje.

El sistema híbrido E-Tech de este modelo está compuesto por un motor gasolina de 1,6 litros y 90 caballos en combinación con dos propulsores eléctricos de 49 y 25 kW, a lo que hay que añadir una batería de litio con 9,8 kWh de capacidad. En total hay 160 caballos a disposición del conductor, una cifra nada desdeñable y que se hace notar cuando se requiere potencia. Además, con esta mecánica se ha homologado una autonomía eléctrica de 50 km, pero como siempre esto depende de la conducción y del recorrido, ya que en ciudad es fácil que sea mayor.

También dispone de tres modos de conducción, Pure, MySense y Sport, el primero para utilizar exclusivamente el motor eléctrico mientras tenga energía, el segundo para automatizar el sistema según la conducción y las necesidades de potencia, y el tercero para dar prioridad al motor térmico. Con los dos últimos modos se puede activar la opción e-Save, que mantiene o recarga la batería hasta un 40% con la energía de la retención y frenada del coche, pero no hay que olvidar que estamos ante un híbrido enchufable, y en solo 5 horas puede cargarse todos los días en casa y tener toda la autonomía eléctrica disponible.

El Renault Mégane E-Tech es un vehículo muy equilibrado. Sus proporciones son perfectas para responder a las necesidades de una familia en viajes, por ejemplo, y también para el uso diario. Es un coche confortable y polivalente, y el sistema híbrido permite trayectos con consumos de combustible casi nulos si conducimos con suavidad y principalmente por ciudad.

Durante nuestra prueba recorrimos más de 350 km y “jugamos” con todas las posibilidades, además de combinar trayectos urbanos y por carretera. El gasto en estas condiciones fue de 5 litros de gasolina a los 100 km. Lo mejor fue el no tener que preocuparnos por localizar puntos de carga, ya que con la posición “B” para recuperar al máximo la energía y la función e-Save (que en media hora ofrece ya varios kilómetros de autonomía eléctrica) no nos hizo falta enchufarlo en ningún punto, para lo cual, por cierto, cuenta con una tapa de depósito en el lateral trasero derecho.

Como valor añadido, un cambio automático que va como la seda –escalonado en cuatro largas y casi imperceptibles marchas– y una suspensión con un ajuste exquisito permite devorar kilómetros con comodidad y mínimo cansancio. A esto contribuye también unos asientos muy confortables y toda la tecnología de información y multimedia a nuestra disposición, con una profunda monitorización del sistema híbrido en todo momento.

El Renault Mégane Sport Tourer E-Tech en acabado Zen que hemos testado tiene un precio de 27.540 euros, pero con el nuevo plan Moves III, y entregando un coche de 7 años o más para achatarrar, se puede adquirir desde 22.540. Este es un precio altamente competitivo por todo lo que ofrece, pues además de lo mencionado anteriormente integra de serie llantas de 16 pulgadas, faros LED, tarjeta de apertura manos libres, cuadro de instrumentos digital configurable, volante de cuero, detector de fatiga, regulador-limitador de velocidad, sensores de aparcamiento y ayudas como la alerta de cambio involuntario de carril o el aviso de exceso de velocidad con reconocimento de señales de tráfico.

No obstante, hay otro acabado por debajo, denominado Intens, que tiene la misma tecnología y está algo menos equipado, pero que con todos los descuentos y ayudas se puede adquirir a partir de 21.490 euros.

Motor: híbrido de gasolina.

Potencia (kW/CV): 160/117.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.626.

Ancho (mm): 1.814.

Alto (mm): 1.457.

Maletero (litros): 390.

Velocidad máxima (km/h): 183.

De 0 a 100 km/h (seg.): 9,8.

Consumo medio (l/100 km): 1,3.

Emisiones CO2 (gr/km): 30.

Precio (euros): 22.540 (con plan Moves III).

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