Próximo objetivo: conducción autónoma
Sin duda, las innovaciones tecnológicas de las que disfrutamos ahora en un automóvil, en comparación con las que teníamos en los primeros años de esta década, han traído grandes evoluciones en todos los aspectos de nuestro día a día, incluyendo la conducción.
Se está transformando la experiencia de conducir, haciéndola más segura y conveniente. El reto es cómo poner en marcha estas innovaciones y avances sin saturar con artilugios que puedan producir un efecto contrario a lo que se pretende, pero en cualquier caso es una suerte de transición para lo que nos plantea el futuro.
Visto lo que ha sucedido en las últimas dos décadas, y lo rápido que cambian las cosas en virtud del progreso exponencial de la tecnología, a 20 años vista los coches serán algo bien distinto, mucho más sostenibles y no necesitarán un conductor para gestionarlos.
Las carreteras también cambiarán, se comunicarán con los vehículos y hasta podrán cargarlos de energía de manera inalámbrica mientras circulan, pero ello requerirá de una enorme inversión por parte de la administración… si se apuesta por ello.