Reducir la velocidad, ¿solo con los frenos o también con el motor?
El sistema de frenado de un vehículo es casi tan decisivo en la seguridad vial como los neumáticos. Por esta razón es uno de los elementos que determinan si el vehículo supera, o no, la Inspección Técnica y se exige que cada una de las partes que lo componen estén en perfecto estado.
Pese a esta importancia, el sistema de frenos no es el único medio que existe para reducir la velocidad de un coche. Existe una técnica, conocida como freno motor, que disminuye las revoluciones del motor y, por lo tanto, la velocidad de circulación del vehículo en cuestión.
Esta técnica involucra otros elementos además del sistema de frenos de nuestro vehículo, como la transmisión, la tracción y el mismo motor para disminuir la velocidad. Las marchas del automóvil o camioneta retendrán el vehículo a través del régimen de giro, por lo que se aprovecha la capacidad de retención del motor para reducir la velocidad.
¿Es aconsejable hacer uso de esta técnica? Aunque pueda parecer una costumbre nociva, no hay nada más lejos de la realidad, ya que comporta una serie de ventajas que alargan la vida útil del vehículo.
Muchos fabricantes, revistas especializadas y otras entidades relacionadas con la mecánica y la automoción recomiendan utilizar este sistema, sobre todo en pendientes con marcha en bajada. Hay que destacar que el freno motor no puede utilizarse cuando se circula a altas revoluciones: la reducción de marcha siempre ha de ser a medio o bajo régimen para que el motor no se pase de vueltas.
Entre las ventajas de utilizar correctamente esta técnica se encuentran: