¿Sabes qué significan las siglas WLTP? Te lo explicamos de la manera más clara
Conforme a la Ley, todos los vehículos que se ponen a la venta en los concesionarios tienen que haber pasado su preceptiva homologación en distintos apartados, y uno de ellos es el de consumo y emisiones.
Desde 1992, el protocolo para medir estos valores es el NEDC (New European Driving Cicle), pero desde 2017 este “convive” con uno más actualizado, WLTP, que será el único de referencia desde enero de 2021.
Las siglas de este protocolo responden a la denominación Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure, que en español se traduce como “Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros”. El objetivo que persigue es el de obtener unas cifras de consumo y emisiones (monóxido de carbono, hidrocarburo, óxido de nitrógeno y partículas) más cercanas a las de las condiciones normales de conducción tanto de turismos como de vehículos comerciales ligeros.
Para entenderlo mejor, y aunque dicen que las comparaciones son odiosas, pondremos en paralelo el antiguo y el nuevo protocolo, de modo que las diferencias queden más claras. Para empezar, el ciclo temporal para la prueba WLTP es de 30 minutos, con una distancia de 23,25 km frente a los 20 minutos y 11 km del protocolo NEDC. La velocidad media y máxima en el test WLTP es de 46,5 km/h y 131 km/h, un margen mayor que los 34 km/h de media y 120 km/h de máxima del antiguo estándar.
Asimismo, en el protocolo WLTP se tiene en cuenta un ratio de conducción bastante equilibrado, esto es, un 52% por ciudad y un 48 fuera de ella, y además considera la influencia de todo el equipamiento opcional del vehículo en los resultados, algo que no incluía el protocolo NEDC (por ejemplo, la incorporación de difusores o alerones, el mayor peso por equipamiento, el tamaño de las ruedas…). Por último, los cambios de marcha durante la prueba son determinados en función de las características del vehículo, no es un “café para todos” como en el test anterior, y la temperatura durante la prueba está establecida en 23 grados, más otra de 14º que completa el resultado de emisiones de CO2.
Como se puede apreciar, con estas variables consideradas en el protocolo WLTP, las cifras certificadas de cada vehículo son mucho más cercanas a la realidad, y además se trata de un sistema de medición con que se espera sea único y global para todo el planeta. De momento ya está totalmente instaurado en la Unión Europea.