¿Tienes un smart car? Pues puede que tengas un problema de seguridad
Los nuevos coches que se lanzan al mercado están equipados con grandes avances que no son solo mecánicos. La tecnología y la innovación también reclaman su sitio en la automoción con sistemas de infoentretenimiento más avanzados y grandes ayudas a la conducción que la convierten en una actividad cómoda y, sobre todo, segura.
Pero, como en todo, estas innovaciones no vienen solas. Y es que todo lo tecnológico e informático está acompañado de una serie de desventajas que afectan enormemente a la seguridad y la privacidad de los usuarios. Cómo no, estamos hablando de los hackers.
Al igual que pueden entrar en tu ordenador y borrarte los archivos o robarte tus datos personales, la implementación de las nuevas tecnologías y la conexión a internet e inalámbrica en los nuevos modelos de coche ha provocado que sea más fácil entrar en sus sistemas y manipular algunos elementos como las luces, el ordenador de abordo o incluso las llaves a distancia.
La Organización de Consumidores y Usuarios ha alertado de estos peligros y ha realizado varias pruebas a diferentes modelos de vehículos para comprobar el grado de seguridad informática que tienen. En algunos casos pudieron, por ejemplo, hackear la consola de entretenimiento y cambiarle los tiempos de encendido y apagado. Esta consola controla, entre otras cosas, la tracción del coche o incluso las luces automáticas y, si está sincronizada con otros dispositivos como los smartphones, puede contener datos privados.
Las smart keys o las llaves a distancia son uno de los puntos más débiles de los últimos modelos de coche. Si alguien se acerca lo suficiente a nosotros mientras las usamos para abrir o cerrar el vehículo, puede hackear su señal y anularla, dejando la llave inservible, o incluso clonarla y acceder al automóvil libremente.
Y no se trata solamente de abrir y cerrar el coche, ya que con los nuevos sistemas de arranque la manipulación de una de estas smart keys podría suponer la imposibilidad de poner en marcha en motor del coche.
Por estas mismas razones, la OCU solicita a la Unión Europea un mayor control en la fabricación de los coches que incluyan este tipo de modernas tecnologías. También ha requerido a los diversos fabricantes que los controles de calidad y seguridad de estos modelos sean más estrictos y se blinden ante posibles ataques informáticos.