Tres trucos para evitar el hielo en el parabrisas (y dos para quitarlo si no funcionan)
Limpiar los cristales del coche, y que queden impecables, es uno de los pequeños placeres de la vida. Una tarea ardua y complicada que, si se lleva a cabo como es debido, nos asegura una visibilidad completa (y nos aleja de las multas que nos pueden llegar a poner por circular con los cristales sucios). Sin embargo, con la llegada del frío y la bajada de las temperaturas, el asunto se complica… y más si el hielo se instala en nuestro parabrisas.– Cubre el cristal. Si nuestro coche duerme en la calle y vivimos en una ciudad en la que los 0ºC en los termómetros no son una rareza, proteger cada noche el parabrisas es cuestión de vida o muerte (en lo que a formación de hielo se refiere). La mejor manera de hacerlo (y la más efectiva) es colocando una manta vieja o un cartón sobre la zona acristalada delantera –parabrisas y las ventanillas del conductor y el copiloto–, asegurando que el frío no tiene contacto directo con nuestro vehículo.– Limpia el cristal con una patata. Por muy raro que pueda parecer, cortar una patata por la mitad y frotarla contra los cristales es un truco muy efectivo para evitar la formación de hielo: el almidón impide la adherencia del frío al parabrisas. Eso sí, hay que acordarse de frotar después con un papel la zona para evitar los tropezones de tubérculo por todo el cristal.– Un buen chorro de vinagre. Teniendo en cuenta que este líquido necesita temperaturas inferiores a los -15ºC para congelarse, qué mejor verter un poco por el cristal para aislarlo del frío. Eso sí, es probable que haya zonas donde el vinagre no haya llegado a crear la capa impermeable y sí se forme hielo.– Alcohol. Aunque algunos piensen que rociar agua a una temperatura mayor de la del hielo puede ayudar a derretirlo, nada más lejos de la realidad: solo conseguiremos complicar la situación. El alcohol, sin embargo, sí es un buen aliado, pues al tener un punto de congelación más bajo del agua, sí puede favorecer la retirada de la escarcha.– Paciencia y a rascar. Si bien es cierto que es una de las soluciones más costosas, también es la más efectiva. Armarse de paciencia, y de una buena rasqueta, e ir quitando capa a capa -hasta el último pedazo de hielo- siempre funciona, aunque perdamos tiempo y paciencia en el proceso. Y no, no intentes echar sal para agilizar el proceso, porque solo vas a complicarte la vida.
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